Análisis del deterioro de cuentas por cobrar por pérdidas esperadas como parte de la gestión de riesgo de crédito

Las empresas del sector real están expuestas al riesgo de crédito, por lo tanto, están en la necesidad de adoptar mecanismos que les permita identificar, cuantificar, controlar y mitigar la probabilidad de sufrir pérdidas como consecuencia del incumplimiento de la contraparte al compromiso de pago pactado en una operación crediticia. Actualmente, la norma NIIF 9 establece una metodología para calcular el deterioro de los activos financieros, basada en la estimación de pérdidas crediticias esperadas (PCE) y ya no en pérdidas incurridas. La norma plantea dos enfoques para medir el deterioro. El primero es el enfoque general que se utilizará para estimar las pérdidas esperadas de la cartera de créditos y las inversiones en bonos, y el segundo es el simplificado para cuentas comerciales que no contienen un componente financiero significativo.

El objetivo de la NIIF 9 es establecer los principios para que la información financiera referente a estas partidas de los estados financieros sea útil y relevante de cara a la evaluación de importes, calendario e incertidumbre de los flujos de efectivo futuros de las empresas (IFRS Foundation 2014) . Todos los instrumentos financieros están expuestos al riesgo de deterioro, por lo tanto, esta norma establece que todos los deterioros deben registrarse de forma anticipada. En este sentido, propone un tratamiento específico para el cálculo del deterioro de los activos financieros. A diferencia de la NIC 39, la cual dictaba el enfoque de pérdidas incurridas, la NIIF 9 plantea el reconocimiento del deterioro de los activos financieros bajo el enfoque de pérdidas esperadas, donde se estima la probabilidad de que un activo financiero cambie de un estado de solvencia a un estado de default. Bajo este enfoque, las empresas del sector real deben implementar modelos para determinar la pérdida esperada de sus activos financieros que están expuestos al riesgo de deterioro y así gestionar de manera oportuna el riesgo de crédito.

Según el alcance de la NIIF 9, esta norma aplica a todos los tipos de instrumentos financieros, salvo las excepciones detalladas en el párrafo 2.1. Por lo tanto, las cuentas por cobrar registradas a raíz de ingresos de actividades ordinarias procedentes de contratos con clientes, tal como lo establece la NIIF 15, corresponden a activos financieros sobre los cuales se debe cuantificar el deterioro de su valor.

Las empresas que otorgan crédito a sus clientes están expuestas a una pérdida potencial como resultado del incumplimiento de la contraparte al compromiso de pago pactado en una operación crediticia. Por lo general, el riesgo de crédito se relaciona con las operaciones del sector financiero; sin embargo, este riesgo también afecta al sector real, y es por ello por lo que los estándares financieros internacionales plantean lineamientos para administrar este riesgo a partir del reconocimiento de las posibles pérdidas que se puedan generar.

Una pérdida crediticia se define como “la diferencia entre todos los flujos de efectivo contractuales que se deben a una entidad de acuerdo con el contrato y todos los flujos de efectivo que la entidad espera recibir (es decir, todas las insuficiencias de efectivo) descontadas a la tasa de interés efectiva original (o a la tasa de interés efectiva ajustada por el crédito para activos financieros con deterioro crediticio comprados u originados)” (IFRS Foundation 2014) . Adicionalmente, la norma define como una pérdida crediticia esperada como “el promedio ponderado de las pérdidas crediticias con los riesgos respectivos de que ocurra un incumplimiento como ponderadores” (IFRS Foundation 2014) . La estimación de estas pérdidas es indispensable para que una empresa mitigue el riesgo al cual están expuestas por su cartera.

El modelo para estimación de estas pérdidas crediticias esperadas contiene tres fases: 1) clasificación de los activos y pasivos financieros según su naturaleza y los flujos de efectivo que generarán; 2) medición del deterioro de valor de los activos financieros y 3) implementación modificada de la contabilidad de coberturas que fue establecida en la NIC 39. Con la implementación de este modelo, el IASB tiene como objetivo que las empresas incorporen una adecuada medición y gestión del riesgo crediticio.

El modelo de pérdidas esperadas es un modelo prospectivo, ya que plantea el reconocimiento de deterioros de forma anticipada sin que sea necesario que se produzca un evento de deterioro para registrar la pérdida. Las pérdidas crediticias esperadas comprenden una estimación de la probabilidad ponderada de las pérdidas crediticias; es decir, el valor presente de todas las insuficiencias de efectivo, a lo largo de la vida del activo.

Considerando que, las Normas Internacionales de Información Financiera tienen como objetivo que los estados financieros reflejen realidad económica, la incorporación de una metodología de medición del deterioro basado en el cálculo de las perdidas esperadas es un cambio acertado que presenta la NIIF 9 frente a la NIC 39, ya que la metodología demanda incorpora el concepto de flujos futuros, un factor de descuento y una probabilidad de pérdida.

Es importante considerar que, tanto el enfoque general como el enfoque simplificado demandan una serie de técnicas estadísticas y matemáticas con las cuales se obtengan valores objetivos en base al comportamiento histórico de las cuentas por cobrar o cartera de créditos que permitan realizar una estimación fiable del riesgo.

La gestión de riesgo de crédito no se limita al sector de la banca o de seguros. Las empresas del sector real están expuestas a este riesgo, a pesar de que posean una buena gestión de cartera. Consecuentemente, deben incorporar a sus políticas de gestión de riesgos procesos que permitan gestionar el deterioro de las cuentas por cobrar de manera oportuna. Si bien la NIIF 9 es una norma compleja que presenta un gran desafío para las empresas ecuatorianas, la aplicación integral de esta norma puede facilitarse al contar con la asesoría de profesionales financieros, matemáticos y actuariales.

En ACTUARIA CONSULTORES contamos con un equipo multidisciplinario con sólidos conocimientos y amplia experiencia, disponible para brindar a sus clientes servicios de consultoría estratégica y especializada en el desarrollo de modelos matemáticos y financieros requeridos para una óptima gestión de riesgos.

Autor: María Isabel Páez, Advanced Business Development Consultant.

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